lunes, 19 de septiembre de 2011

TENGO UN SUEÑO

TENGO UN SUEÑO
Mi Colegio, mi País
Sueño un colegio donde todos asumen su responsabilidad según su rol. Sueño que los estudiantes practican los valores, que aman a sus familias, que se amen a sí mismos, que viven y se desviven por su formación integral; sueño que los docentes son maestros imitadores por excelencia del Supremo Maestro; sueño que los maestros enseñan con el ejemplo, con amor y pasión y no solo con la palabra; sueño que los padres se esfuerzan por brindar cariño, comprensión y seguridad a sus hijos.
Sueño que mi Colegio es líder en educación de calidad, líder indiscutido en la excelencia por la formación integral de la juventud.
Sueño en que todos luchan por construir una sociedad mejor.
Sueño con un país serio y feliz, con un país en donde educación y salud son la prioridad del Estado, de las familias, de las comunidades.
Sueño que los hijos de los pobres, varones y mujeres, al igual que los hijos de los ricos tienen todas las comodidades necesarias para un aprendizaje de calidad. Sueño que nuestros hijos, nuestras hijas, nietos y nietas estudian en las mismas universidades. Sueño que la comercialización de la educación superior se ha acabado para siempre. Sueño que todos los profesionales y obreros desarrollan trabajo de calidad.
Sueño que todos juntos, con una cadena de oración permanente en cada cuadra, en cada barrio, en cada aldea, el Señor aumentará nuestra fe; sueño que nuestra fe nos hará crecer y creciendo seremos libres.
Sueño la libertad que rompe el egoísmo, el analfabetismo, la soledad, la miseria y la dejadez.
Sueño que mis sueños sueñan las autoridades, los que tienen el poder político y económico; sueño que esas autoridades están libres de ambiciones desmedidas, de intereses personales y luchas fratricidas por el poder. Sueño que mi país es un oasis de amor, de paz, de trabajo, de solidaridad. Sueño que la indiferencia recibió el funeral. Sueño que cada uno de nosotros se decidió cambiar hacia lo más digno, más justo y más humano.
Sueño solo con un mundo de amor, de paz y servicio para todos, para todas!
Oliva Silva de González
Carapeguá, 09 de marzo de 2.009.

viernes, 16 de septiembre de 2011

LA METÁFORA DEL ALUMNO

LA METÁFORA DEL ALUMNO/A
Caso alumno/a
Se diagnostica su situación, se lo acompaña, se le hace pedidos, recomendaciones, planteamientos; se dialoga con intenciones de encontrar las estrategias más adecuadas para su desarrollo personal y social, es decir para mejorar sus aprendizajes.
En algunos casos tenemos resultados positivos, los chicos avanzan hacia adelante; en otros casos no logramos nada absolutamente; promesas, reconocimientos, o rechazos, negaciones, etc.
Convocamos a padres, a familiares o encargados. Les entrevistamos, investigamos probables causas de dificultades, en fin, todo lo que está a nuestro alcance.
En ciertos casos los resultados son alentadores, pero cuando son adversos viene la decepción, la preocupación: el chico no llega a hora, son tres años sigue igual, no tiene la tarea, promete, no cumple nunca, molesta en clase, es descortés, mentiroso, perezoso; es inútil ya llamarles a los padres; le amonestamos, le aplicamos otros tipos de medidas…, terminó el año, nada hemos logrado…..
Parangón 1
¿Y el docente? ¿Llega a hora, acepta que se lo cierre el portón por llegada tardía? ¿Las reglas son solo para los estudiantes?
¿Solamente los estudiantes tienen tareas, tienen que estudiar? ¿Los profesores no tienen tareas, y no tienen nada que entregar a tiempo y en forma?
Reflexión
El alumno no debe expresarse de manera descortés ni ofensiva hacia los demás y yo cuando estoy delante de mis alumnos, cuando no logro lo que deseo con ellos, ¿cómo les trato con frecuencia? Ellos ¿qué perciben de mí: paciencia, impaciencia, tolerancia, intolerancia, discriminación o comprensión?
¿Los jóvenes tienen mis mismas experiencias para que yo los subestime y me sobre estime yo?
¿Reconozco mis falencias y procuro fortalecer mis buenas prácticas? ¿O me “solidarizo con mis compañeros” y hago también brazos caídos?
¿Es mejor ponerme bien con los estudiantes y dejarles que en la clase hagan pareja, se sienten en las sillas como si fuera en una cancha?
¿Es mejor ponerme bien con mi compañero /a de trabajo y evito ayudarlo a crecer hablando sinceramente de los aspectos que necesita mejorar? ¿Me mueven excusas o razones? ¿En quién busco la falla? ¿En mí o en los demás?
¿Soy responsable de mis actos? Mi hora de trabajo es mi hora de trabajo, me toca permanecer y hacer lo que tengo que hacer; o ¿todo el tiempo me paso buscando salir de mi trabajo para hacer otras cosas que bien puedo hacer desde mi casa o en otras horas que no son las de mi trabajo?
¿Soy honesta? ¿No dejo cuentas en la cantina, en la fotocopiadora y los alumnos y los padres se enteran hasta de mis finanzas? … y de mi falta de delicadeza....!
¿Cumplo con las orientaciones para trabajar en forma institucional?
¿Qué reflexión me merece ocupar 10 o 20 minutos de una prueba escrita y luego permito que los alumnos salgan del aula a “vagar” por el patio? ¿Estoy formando hábitos de responsabilidad en mis alumnos?
¿Soy espontánea en el cumplimiento de mis deberes?
Parangón 2
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre alumno y docente?
¿Acaso, el docente no es un profesional preparado para ejercer con altura su trabajo? Sin embargo, el alumno es una persona en proceso de formación inicial; el docente ha acumulado en su vida muchas experiencias de vida, de formación académica y laboral.
¿Cómo se sienten contigo tus alumnos: te valoran porque notan tus esfuerzos a favor de sus aprendizajes o te valoran porque la clase se convierte en una amena y vulgar familiaridad basada en comentarios de cualquier dimensión? ¿Porque no hay exigencias ni compromisos de parte de ambos?
¿Le pediste disculpas a tu alumno, alguna vez, porque erraste con él en algún procedimiento, por alguna causa?.... ¿Siempre te autocontrolas? ¿Te autoevalúas?
¿Esto es educar?
Educar es más que enseñar y aprender fórmulas matemáticas y reglas gramaticales, educar es transformar la personalidad del niño, del joven en un ser reflexivo, con pensamiento crítico, capaz de enfrentar las situaciones de la vida diaria con seguridad y entusiasmo; para ello debe poner en práctica los conocimientos que ofrecen las ciencias, la cultura y las tecnologías, ha de convivir con meridiana rectitud de criterios entre y con los demás, inspirado en la rectitud y en el sentido de responsabilidad que le infunde su maestro/a en todo momento y lugar!
Parangón 3
¿Y yo observo rectitud en mi trato, en mis apreciaciones, en mi desempeño profesional?
El mejor alumno o la mejor alumna que estudió, se dedicó toda la vida, usó sus talentos, evidenció grandes valores en su convivencia diaria; pero, por esas cosas de la vida, bajoneó, perdió un punto y dejó de ser el/a mejor alumno/a o el/a mejor egresado/a! ¿Y yo docente cuántos puntos perdí y quiero ufanarme de excelente?
Sinceridad
• No planeamos.
• Evaluamos lo que no enseñamos.
• Subestimamos en muchas ocasiones a los alumnos.
• La evaluación no se utiliza como una instancia de aprendizaje, sino como condena, no les damos en la mayoría de las veces a los alumnos la oportunidad de aprender de sus errores y que progresen.
Conclusión
Es bueno que nos parezcamos a nuestros alumnos por la vida y el sentido de la vida que compartimos, porque somos humanos y porque somos solidarios por naturaleza, porque ahora “yo les recibo y les doy a ellos” y más tarde, ellos “me recibirán y me darán”. Porque tampoco sabemos todo, tampoco somos tan fuertes, lloramos, nos angustiamos y también sentimos miedo y rabia.
Es más bueno aún que nos parezcamos a nosotros mismos: por la función que nos toca desempeñar, por el desafío a que nos comprometimos, por la confianza que nos dieron, por la trayectoria que marca nuestro rumbo en esta vida.
No somos ni más, ni menos, solo es cuestión de momentos.
Y no es bueno parecer haragán/a, intratable, vociferador/a, embustero/a, irreflexivo/a, desganado/a, indolente, apático, indiferente…………..
Es mejor pensar en Jesús, el Buen Maestro, imitar a Él…….
Las malas prácticas
Las malas prácticas del docente se convierten en pecados de la educación, es decir, atentados en contra de la educación. Los pedagogos hablan de pecados capitales en educación. Veamos.
Los pecados capitales en educación: domesticación: reprimimos a los alumnos: los mejores son los que no preguntan, no le cuestionan nada a los docentes, los que no defienden sus derechos (sometimiento), los que se dan por el “afecto” que le da el docente: un abracito, trato familiar, upa, etc.; repetición: ausencia de reflexión, de opiniones críticas, de creatividad; teorización: la realidad está afuera, en la clase solo teoría, lo que importa es repetir la teoría lejos del contexto; academicismo: la escuela es más importante que la familia, la estructura escolar es para que el alumno entre en la escuela, aprenden los conocimientos por el conocimiento mismo, sin ningún valor agregado; burocratización: importan las medidas, los medios, no la persona humana; improvisación: se enseña por intuición, cualquier cosa, se deja de hacer lo relevante, se llena el tiempo con holgazanería, no hay aprendizaje para la vida; elitización: gozan de nuestras preferencias los que tienen cociente intelectual elevado, nos evitan trabajo, nos hacen lucir, mientras que los otros son nuestras víctimas: inútiles, haraganes, perezosos, indolentes, por qué no te quedas en tu casa…, exclusión!

Educamos?

¿Puntos de comparación?
SIMPLEMENTE UNA REFLEXIÓN DE FIN DE AÑO ESCOLAR.
Oliva Silva de González. Carapeguá, Paraguay.
16/12/10

domingo, 4 de septiembre de 2011

Pluma y papel

Se me ocurrió crear este blog con el nombre de pluma y papel para pintar con ellos la paradoja de la vida en materia de escribir. La antigua pluma solo existe en las imágenes de recuerdos, ha sido desplazada por la yema de los dedos, estamos en la era digital, mientras que el papel, el papel, nos ubica en la era de los papeles, a pesar del papel virtual. No sé si hubo o habrá otra época de la humanidad tan cargada de papeles. Valga un ejemplo y solo puedo hacerlo desde mi experiencia: en una carpeta para solicitar cargo en la docencia hay que contar con los documentos originales (papeles), fotocopiar y cargar en una carpeta, aproximadamente 15 a 20 hojas. Si por ahí tienes suerte y accedes en dos o tres instituciones, tienes que repetir la operación. Si después de un mes, un semestre, un año o tres años tienes que acceder a otro cargo, igual, tienes que preparar como la primera vez. El legajo no sirve, teniendo en cuenta que se presenta siempre al mismo patrón: MEC, no es suficiente lo elemental, hay que repetirlo todo.... Y sucede en tantos otros lugares, el papel, el papel, el papel y el papel. Es la era de los papeles, no importa que nos quedemos sin bosques.
Y pensar que mi ejemplo es lo que sucede en educación. Sin embargo, las entidades comerciales aseguran la eficiencia de sus negocios con trámites virtuales en un elevado porcentaje, es decir, el trámite siempre es burocrático pero sin el tradicional papel.
No importa como sea, a mí me gusta escribir. Escribía en la arena, de chica, con palitos, escribía en las paredes traseras de mi casa, en el tronco de los árboles, hasta en la camisa (de al revés) de mi hermano, dejaba gotear de la cuchara en el plato o en la taza gotas en forma de letras, con tal de escribir.
Y me tocó escribir a lápiz, con pluma y en papel. Qué nostalgias! Escribí mi nombre, los de mi papá, de mi mamá y de mis hermanos, en fin, no sé cuántas cosas más, pero sí, en honor a la sinceridad, lo que más me impactó fue escribir cartas de amor! Por supuesto, no tenía celular ni teléfono, ni correo. Entonces, en papel de hilo con lapicera marca parker, tinta negra!
La ironía del destino, ahora no tengo ni pluma ni papel, sin embargo estoy escribiendo y espero que tú lo leas y te inspires en algo.... que escribas!
Escribir no es fácil, implica pensar, crear ideas, afinar la voluntad y dominar la concentración. Y ni qué decir lo que costaría escribir bien! Me gustaría y volvería a usar, si fuere necesario, pluma y papel.
Con afecto, Oliva.